domingo, 15 de noviembre de 2009

Puertos deportivos, alcas y temporales

A principios de año nos llevamos la desagradable sorpresa de que una parte de la playa de Garrucha (Almería) estaba mutando a puerto deportivo. A finales de este año, la obra está casi concluida. Lo hemos podido seguir de cerca, ya que estuvimos en Garrucha tanto en marzo como en noviembre de 2009.

En estas costas hay fondos muy interesantes, sobre todo praderas de Posidonia oceanica, tanto sobre sedimento arenoso como sobre roca, hasta 40-50 m de profundidad. La posidonia, endemismo mediterráneo, es su ecosistema más productivo, además de la primera línea de defensa de la playas frente a los temporales. Para más precisión, estas praderas no son especialmente abundantes frente a Garrucha, debido a la proximidad de la desembocadura del Almanzora y el Antas, pero son muy importantes tanto hacia en norte (Villaricos) como hacia el sur (entre Carboneras y Cabo de Gata).

La cuestión es que cualquier infraestructura portuaria afecta a la dinámica litoral: incrementa el transporte longitudinal, erosionando la costa, y se alteran las características del agua. Mayor actividad náutica, mayor turbidez y contaminación. Otro problema acumulado a los ya existentes (por ejemplo, los vertidos de la industria química, como la espeluznante Deretil, en Villaricos, por no hablar del desmadre urbanístico de Águilas, ya en Murcia). Los impactos acumulados son difíciles de analizar, y suelen pasarse por alto.

También los pescadores se benefician del nuevo puerto. Pero, paradojas de la vida, más puertos y menos praderas, igual a menos pesca. Del mismo modo, más puertos y menos playas, igual a menos turismo. A veces creo que los gobiernos en España deberían durar veinte años en vez de cuatro, porque así tendrían que usar la cabeza para planificar cosas evidentes. El nuevo puerto deportivo será todo un negocio, incluso en época de crisis. Pero ¿tantos barcos hay en Garrucha huérfanos de puerto? ¿No será otra variedad del ladrillazo costero?

Estas aguas mantienen todavía una actividad pesquera más o menos artesanal. Junto a ella, proliferan industrias más intensivas. En la foto casi ni se ve, pero al fondo a la derecha, en la línea del horizonte, hay una instalación de jaulas para engorde de dorada y lubina.
Aunque no todo iba a ser negativo. Resulta que estos días, los mares europeos han estado agitados por los temporales. Y buscando refugio, las aves pelágicas aparecen por los puertos deportivos, que se convierten así, contra todo pronóstico, en aliados de la naturaleza.

Alca común (Alca torda), fotografiada el 8 de novimebre de 2009 en el puerto deportivo de Garrucha (Almería).

Pero si parece que todo tiene su lado bueno y su lado malo, el tiempo dirá de que lado cae la balanza. Cuando las alcas retornen mar adentro, el nuevo puerto seguirá allí. Y en el futuro, puede que la zona se haya degradado tanto que ya no interese a las alcas. Y quizá tampoco a los pescadores o a los turistas.

Durante el 8, 9 y 10 de noviembre, al menos cuatro alcas juveniles se refugiaron en el puerto de Garrucha. Junto a ellas, otras especies más comunes, como gaviotas reidoras y patiamarillas, charranes patinegros y martines pescadores.

Ricardo. Otoño 2009

PD. Que conste que no estoy en contra de la existencia de un número razonable de puertos deportivos bien planificados, sino de que proliferen como churros.

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