Runa y otros bichos: septiembre 2011

Con la crisis ha bajado el valor del suelo. Me descojono de esta afirmación, que sirve para hacer portadas en la cutre-prensa de regalo que te dan en el Cercanías. ¿Cuál es el valor del suelo? En nuestro mundo, al servicio del capital, parece ser aquel que puedas alcanzar vendiéndolo. En España, si es urbanizable vale más, rústico menos. Pero, al margen de simplificaciones ¿cuál es su verdadero valor? Existen muchas aproximaciones y hay mucha gente que se ha molestado en calcularlo, teniendo en cuenta, sobre todo, los servicios que nos prestan las cosas que están y viven en él. Se trata de valorar, en definitiva, los bienes y servicios que presta la naturaleza. El estudio clásico de Constanza et al (1997) concluía que los servicios de los sistemas ecológicos en la biosfera del planeta Tierra se podían valorar en 33 trillones de dólares (USA), y lo comparaba con el producto nacional bruto para todo el mundo, valorado en 18 trillones de dólares anuales.

En otras palabras, si nos cargamos aquello que presta gratuitamente bienes y servicios (como depuración natural, alimentos, agua, biodiversidad, protección frente a inundaciones y un infinito etcétera) alguien –nosotros- tendría que pagar casi dos veces el PIB mundial para que esos bienes y servicios siguieran disponibles, es decir, para permitir nuestra humilde existencia. La contabilidad ambiental ya es una disciplina firme en investigación. ¿Llegará a imponerse alguna vez en la gestión del territorio? Existen muchas fórmulas: por ejemplo, se podría gravar con un impuesto a quien destruya el suelo, compensando así los bienes y servicios que ya nunca más disfrutaremos los demás, como legítimos copropietarios. La recaudación, para "buenas obras" ambientales. Estas discusiones están hoy sobre la mesa en muchos foros internacionales. Pero, por ahora, ganan los de siempre (los malos), así que tendremos que seguir esperando.

Este verano hemos ido un par de veces a la sierra de Guadarrama, a la zona del arroyo de Navalmedio. A unos 1500 m encontramos un prado -apenas una hectárea- rodeado de pinares y con el arroyo a sus pies, donde florecían cardos y otras plantas nitrófilas en pleno agosto. Lo mejor de todo era la impresionante cantidad de mariposas diurnas. Disfrutamos horas observándolas y haciendo fotos, mientras Runa se bañaba en el río y ladraba a las vacas. Al determinarlas sobre las fotos descubrí que había, al menos, 24 especies diferentes. Fuera de bosques tropicales y arrecifes de coral, en menos de una hectárea 24 especies (de lo que sea) me parece una verdadera pasada. Entonces fue cuando me replanteé la cuestión: ¿cuál es el valor del suelo? ¿se puede comprar todo?

Marchando 24 mariposas. (Pinchando se amplía).

Buen verano

Ricardo

PD. En España hay 230 especies de mariposas diurnas de las 16.000 que aprox. debe haber en el mundo. En la Comunidad de Madrid hay, al menos, 148 especies, muchas en la Sierra de Guadarrama. Si Madrid destaca por algo a escala europea, es por sus mariposas. (¿Conoces a alguien a quien le importe?).