sábado, 4 de agosto de 2007

OBJETIVO 2010

Tenemos un importante objetivo para el 2010, aunque la verdad es que se le ha dado muy poca difusión. Quizá el próximo ejecutivo, sea quien sea, se le da más importancia, por aquello de que los gobiernos actúan a cuatro años vista, como mucho. O quizá no pase nada, que será lo más probable.
El Objetivo del 2010 viene ya de lejos, en concreto de la VI Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica, que se celebró en 2002 en La Haya. La Cumbre de NU de Johannesburgo ratificó el compromiso, consistente en "alcanzar una reducción significativa de la pérdida de biodiversidad para 2010". En el Consejo de Gotemburgo (2001), la UE se había comprometido, de manera valiente, a "frenar la pérdida de viodiversidad para 2010". Y, como todo el mundo sabe, "frenar" no es lo mismo que "reducir significativamente". Tanto el CBD como la UE han puesto en marcha mecanismos (Planes de Trabajo, programas específicos, desarrollo de indicadores, etc) para cumplir el objetivo, y a través de UICN se ha establecido la Alianza "Countdown 2010", que agrupa tanto ONG como OG.
Así que afrontamos entre todos los europeos un compromiso formidable: detener o frenar la pérdidad de la biodiversidad en nuestro territorio. Hay que llevar a "0" la pérdida de biodiversidad, y, cuando llegue el año 2010 contestar a la gran pregunta ¿Lo hemos conseguido?
En el caso de España, hoy por hoy, vamos teniendo algunas certezas fragmentarias. Así, por ejemplo, conocemos las tendencias de las aves, que nos vienen a ratificar lo que nos tememos. Es decir, que no vamos a cumplir con el objetivo 2010. La biodiversidad sigue disminuyendo.

Bosque mediterráneo, paradigma de ecosistema a conservar.

No obstante, hace poco, alguien me planteaba la cuestión en otros términos: "¿Cómo no vamos a cumplir? Si ya no se extingue nada. El lince parece que se recupera. Cumpliremos". Probablemente haya mucha gente que piense de la misma manera. No obstante, yo no estoy en absoluto de acuerdo, y pienso que el error viene del concepto "biodiversidad", relativamente novedoso y que, intuitivamente, parece significar "variedad de especies animales y vegetales en su medio ambiente". De hecho, esta es la definición que ofrece el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia Española (22ª Ed, la más actual, que yo sepa).

Pero la definición de biodiversidad que actualmente más se utiliza no es ésta, ni mucho menos. No es casualidad que provenga del propio Convenio de Biodiversidad, y viene a definir el término como (aprox.) "la variedad de organismos existentes de cualquier fuente (terrestres, marinos y acuáticos no marinos), así como los complejos ecológicos de que forman parte. Comprende la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y de los ecosistemas". De este modo, la biodiversidad se entiende a tres niveles diferentes: genético, a nivel de organismos y a nivel de ecosistemas.



El conocimiento de nuestra diversidad de insectos está lejos de ser completo. El control de sus tendencias es, hoy por hoy, muy complicado.

Teniendo en cuenta ésto, y juntándolo con las noticias de todos los días, que nos muestran que la destrucción y transformación de nuestro medio natural continúa, ¿todavía somos capaces de pensar que vamos a llegar triunfantes al 2010? Al perderse hábitat y ecosistemas naturales se pierde diversidad genética, así como al intensificar nuestro medio agrícola y ganadero. Esto lleva a la alteración (generalmente disminución) de las poblaciones de las especies que pueden vivir en estos medios. Los ecosistemas se fragmentan, alteran, empobrecen y pierden terreno. Si una sola especie tiene menos poblaciones en 2010 que hoy, habremos perdido la batalla. Y las tendencias poblacionales -la mejor manera de valorar el cumplimiento del objetivo- de muchas especies antaño comunes hoy indican una disminución continua de efectivos.

El medio marino también presenta importantes lagunas de conocimiento. En la foto, delfín mular (Tursiops truncatus)


Así las cosas, y mientras la RAE actualiza su definición, esperaremos unos añitos para ver consumado el fracaso del Objetivo 2010. Quizá sea entonces un buen punto de partida para despertar algunas conciencias.