Unas vacaciones en la India pueden dar para mucho.
Nosotros las hemos dedicado, sobre todo, a conocer parte de su naturaleza. Los
parques nacionales que hemos visitado (Kanha, Bandhavgarh y Corbett) se sitúan
en el centro y norte del país, y han sido también declarados “Reserva para el
tigre” dentro de un proyecto específicamente creado en 1973 para tratar de
conservar al emblemático felino. Además, hemos visitado el Taj Mahal y las
montañas del prehimalaya indio. Nos embarcamos en esta aventura Teresa, Pedro,
Nacho y yo mismo. Dedico esta entrada al Parque Nacional de Kanha, que me gustó
especialmente, con fotos de Teresa y mías.
La jungla de Kanha
Entre los parques indios, Kanha
es todo un “clásico”. Fue creado en 1955 y cubre cerca de 1.000 km2 (o
sea, 100.000
hectáreas ). Otras 100.000 hectáreas
alrededor -zona de “amortiguación” o “buffer”-, también forman parte de la Reserva para tigres, no
así del Parque. Parece ser que Kanha inspiró a Kipling su “Libro de la selva”,
donde los protagonistas son los animales –Shere Khan, Bagheera, Kaa, Baloo,
etc- junto al pequeño Mowgli. Kipling publicó su libro en 1894, y mi impresión
es que estos bosques deben haber cambiado poco desde entonces. Si acaso, unos
cuantos turistas más y la extensión de una planta invasora, la lantana (Viburnum lantana), que ahora cubre
extensas zonas.
En mi opinión, el encanto de
Kanha deriva, en buena parte, de su elevada humedad. El paisaje lo forman
grandes manchas de bosque deciduo, dominado por Shorea robusta (sal tree) y un denso sotobosque de bambú, impenetrable
en algunas zonas. Intercalados en las vaguadas, extensos pastizales. Estos pastos
acumulan agua, sobre todo tras el monzón. Así, al amanecer y al atardecer se
forman densas nieblas y brumas que envuelven el bosque y le dan un aspecto
fantasmagórico y enigmático, ideal para inspirar cuentos como los de Kipling.
Estos pastizales húmedos,
formados por hierbas que pueden alcanzar dos o tres metros de altura, son el
hábitat de uno de los animales más interesantes de Kanha: el Barashinga (Rucervus duvaucelii). Se trata de un
ciervo muy amenazado presente sólo en la meseta de Terai (N de la India ), los parques nacionales de Kaziranga y Manas (Assam, en el
NW indio) y Kanha (India central). En Kanha vivían unos 3.000 barashingas en
los años 50, mientras que en 1970 sólo quedaban 66. Actualmente parece que se
recupera lentamente (puede haber cerca de 500 ejemplares en Kanha). Pero continúa
amenazado por el furtivismo y, sobre todo, la pérdida de sus hábitats: los pastizales
húmedos y las marismas son áreas apetecidas para mantener ganado doméstico.
El hábitat natural del Barashinga: pastizales y praderas inundadas.
Durante noviembre, los machos del Barashinga están terminando el desarrollo de su nueva cuerna.
Mucho más comunes son otras dos
especies de ciervos: los chitales (Axis
axis) y los sambares (Cervus unicolor).
Los chitales o ciervos moteados forman grandes grupos para pastar en espacios
abiertos; los sambares, más solitarios, prefieren el cobijo del bosque. En la espesura de la jungla fue
toda una sorpresa encontrar al impresionante Gaur (Bos gaurus). Es el mayor bóvido del mundo, con un peso que puede
superar los 1.200 kg .
Tímido y confiado, es un animal superlativo, que vive confinado a lo más profundo del bosque.
Tremendo ejemplar macho de Gaur.
Se han citado más de 200 especies
de aves en Kanha. Nosotros pudimos ver unas 55 especies (al inicio del invierno
hay menos variedad que en otras épocas del año). La avifauna incluye una
nutrida comunidad de especies forestales junto a aves acuáticas y otras propias
de sabanas y espacios abiertos, aunque sin llegar a estar presentes especies puramente
esteparias.
Buitre de Bengala (Gyps bengalensis), especie en grave peligro de extinción en la India. Se estima que el 97% de los buitres de la india han muerto debido al diclofecac, un antiinflamatorio que se suministra al ganado para evitar enfermedades. Al consumir el ganado muerto, los buitres son envenenados.
El Cuco indio (Cuculus micropterus) es un típico habitante del bosque.
Avefría malabar (Vanellus malarbaricus).
Aunque aquí habitan cuones (Cuon alpinus), leopardos (Panthera pardus) y osos bezudos (Melursus ursinus), sin duda, la estrella
de la fauna de Kanha es el Tigre de Bengala (Panthera tigris), verdadero emblema de la naturaleza india. Pocas
veces he disfrutado tanto observando un animal como a este soberbio felino en
su ambiente. Pero aunque en Kanha hay una saludable población, la conservación
del tigre en la India
pende de un hilo. Es un animal conflictivo, que requiere extensos territorios
vírgenes. Al mismo tiempo, es el principal reclamo para un turismo creciente,
importante fuente de ingresos para parques y comunidades locales. Paradójicamente,
el turismo, que sin duda puede causar molestias al tigre, puede ser la última carta por jugar
para lograr que sobreviva en este país superpoblado.
Tras seguir sus huellas durante un largo trecho, dimos con esta preciosa tigresa en la jungla. Un encuentro inolvidable.
La tigresa inspeccionó un tronco, que marcaría más tarde con su orina.
El furtivismo de tigres sigue
existiendo, alimentando un comercio ilegal de pieles y huesos con
otros países asiáticos. La presión por el territorio es también intensa, y las
actuales reservas están lejos de garantizar su conservación. Además, existe un
aislamiento importante entre las poblaciones indias de tigres. Por todo ello,
el futuro de los 2.000 tigres que aproximadamente deben quedar en la India es hoy incierto.
Enorme macho bien conocido en el parque por su cicatriz en la nariz. Los tigres están perfectamente individualizados e incluso tienen nombres propios. Cuando los animales están así "bautizados", es momento de preocuparse por su escaso número.
Tigres, barashingas y demás fauna adornan bosques infinitos y misteriosos en Kanha. Apenas una instantánea de su inmensa riqueza natural. Un parque que realmente merece la pena conocer.
Bosque denso, con un grupo de sambares al fondo.
Los mochuelos brahmanes (Athene brama) nos despidieron de Kanha.
Buen invierno
Ricardo
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