Entre las últimas semanas de septiembre
y las primeras de octubre tiene lugar el paso otoñal de los colirrojos reales (Phoenicurus phoenicurus) por el centro
de España. Proceden sobre todo de Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Francia
y del norte de Europa (Noruega, Finlandia, Suecia). Algunos incluso vienen desde
Rusia y países del este. Su origen se conoce por las recuperaciones en España de
aves anilladas en estos países. Invernan en África subsahariana. Aunque es común
durante la migración, es una especie amenazada en España. Ha sido incluida en
el Catálogo Español de Especies Amenazadas como “vulnerable”, ya que es
relativamente escasa como nidificante y tiene una distribución muy fragmentada.
Foto: Ricardo Gómez Calmaestra
En Madrid es escasísimo como
nidificante y se observa mayormente en los pasos migratorios. Recorriendo
diferentes medios estos días (como pinares, encinares, bosques de ribera y
enebrales), me he llevado la sorpresa de detectarlo sobre todo en enebrales de Juniperus oxycedrus, con encinas y jarales
de Cistus ladanifer muy dispersos. Le
gustan las formaciones abiertas, con suelo libre donde cazar insectos, pero con
algo de cobertura de matorral.
Foto: Ricardo Gómez Calmaestra
Así, en los enebrales de Hoyo de Manzanares es
uno de los pájaros más abundantes en este periodo, mientras que, curiosamente, encinares
muy cercanos, a la misma altitud y similares en estructura, apenas son
utilizados. En los enebrales los he visto defender pequeños territorios, aunque
se suelen agregar en zonas favorables. He contado una docena de aves en el
fondo de un valle de apenas 300
m de longitud, lo que supone una densidad muy elevada. No
tengo nada claro que es lo que los atrae a estos enebrales en otoño (insectos,
frutos), pero en todo caso refuerza el valor de estos medios tan singulares.
Ricardo
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