Gran película de los hermanos
Coen, que por supuesto recomiendo. Pero la realidad siempre supera a la
ficción, y por eso prefiero hablar de naturaleza que de cine. Esto de la foto es una araña
cangrejo (Thomisus onustus)
zampándose una mariposa. Cuando vas mirando mariposas por el campo a veces te encuentras estas
cosas: alguien ya les había echado el ojo antes.
Las arañas cangrejo –Familia
Thomisidae- son de lo más entretenido que me he encontrado últimamente entre
las flores. Atacan a casi cada insecto que se les acerca, su fuente de proteínas.
Cazan y comen moscas, avispas, abejas, chinches, mariposas… generalmente mucho más grandes que
ellas. Son arañas agresivas y fuertes, y su veneno debe ser bastante efectivo. No
construyen telas y se anclan a las flores usando sus filamentos de seda para
acechar seguras. Pero lo mejor de todo es que parece ser que Thomisus onustus, cual camaleón o sepia,
es capaz de cambiar de color a voluntad. Adopta el color de la flor sobre la
que vive, pudiendo cambiar en pocos días. Así cuando las flores se marchitan,
la araña torna a tonos más gastados, o simplemente cambia de planta y de color. Hay
ejemplares blancos, amarillos, pardos, rojos, naranjas, violetas, etc.
Poder cambiar de color parece una
adaptación excelente tanto para acercarse a las presas como para eludir a los
depredadores. Pero teniendo en cuenta que los insectos ven la luz ultravioleta
(las flores se ven muy distintas en uv), hay quien dice que en realidad cambiar
de color sólo sirve para no ser detectados por los depredadores vertebrados,
muchos de los cuales han perdido los fotorreceptores para la radiación
ultravioleta. Apasionante mundo el de las arañas de las flores.
Ricardo
Primavera de 2013
1 comentario:
¡Chulísimo! Queremos más sobre el tema
Publicar un comentario