Una de las cuestiones que siempre me ha inquietado es la facilidad que tiene el ser humano de adaptarse a casi todas las situaciones. De poder justificarse y continuar con su vida ignorando el lado negativo de las cosas. Supongo que tendrá algo que ver con el instinto de supervivencia y la necesidad de buscarse la vida, pero a estas alturas de la película, parece que se nos ha ido de las manos. Claro exponente de este sistema es nuestra presidenta de la Comunidad de Madrid: Esperanza Aguirre. Sorprendente siempre en sus declaraciones, día si y día también no deja de conspirar para que la máquina del neoliberalismo no se pare. La estrategia la tiene clara: vender el patrimonio de todos para que el dinero, y lo que puedas hacer con el, te adormezca y pienses que así estes viviendo en un lugar mejor y más seguro. El problema llega cuando de verdad se analizan las cosas y miramos un poco más allá de los 4 años de la legislatura. Todas y cada una de las propuestas de esta presidenta y su lobby me inducen los mismos pensamientos, a saber: 1.- Nos tratan como si fueramos idiotas. 2.- Quizá nos traten así porque los idiotas son ellos y no ven más allá de sus narices. 3.- Los cambios culturales de la humanidad están muy por delante de lo que ha llegado su moral y estamos pagando las consecuencias de este desarreglo. 4.- La moral de esta presidenta es un claro ejemplo de ese desajuste. 5.- ¡Necesito decirlo! Sra. Presidenta, no sea tan ignorante y deje de lavar el cerebro a todos. La imagen que da es patética y es porque en el fondo no hay nada, sólo está la fachada del véndelo como puedas que ya la masa lo asimilará.
Besos. Teresa.
Besos. Teresa.
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