Esperando los pesados trámites previos a acceder a los parques, y mientras otros se hacían cargo de los interminables pagos y de las incomprensibles y variadas tarifas, me topé con él. Como llevaba mis prismáticos al cuello, interpretó que me gustaban las aves, así que comenzó a charlar conmigo sobre las distintas especies de estorninos metálicos que andaban por los alrededores. Demostró conocer las aves, así que le invitamos a venir a nuestro safari por Nakuru. Según nos alejábamos de la entrada, David iba conociendo cada vez menos aves, pero mostraba gran interés por aprender, solicitando con frecuencia la guía. Disfrutó mucho, especialmente usando los prismáticos que le íbamos dejando. Así discurrió el día en Nakuru, un parque pequeño pero lleno de encanto. Al caer la tarde debíamos marchar de vuelta a Nairobi. Dejamos a David en la entrada del parque y nos despedimos. Entonces me confesó que su gran objetivo en el futuro era convertirse en guía profesional, pero no podría conseguir el material necesario (guías, primáticos..) Sus intenciones eran claras.
Un buen día, ya de vuelta en Madrid, decidí mandarle una guía de aves de Kenia y unos prismáticos. La verdad es que me preocupaba si mi envío podría llegar a la pequeña aldea de David. Afortunadamente, Françesc, de Oryx (la empresa a quien compré el material) por causalidad viajaba a Kenia en unos meses, y se ofreció a llevarlo (muchas gracias Françesc). Organicé la cita en Nakuru y todo acabó bien. David recibió su regalo y me envió de vuelta una bonita figurilla Masai de madera. Desde entonces, David y yo hemos hablado por teléfono algunas veces, y nunca ha dejado de agradecerme el regalo ni de informarme de las nuevas aves que va descubriendo. Mucha suerte y espero que consigas tu sueño.
El masai David feliz con el regalo. La foto es de Françesc.
Para terminar con Kenia, aquí cuelgo algunas fotos de las cosas que David tiene la suerte de ver casi a diario.
1 comentario:
¡Impresionantes fotos, empezamos a odiarte!
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