Seis meses después de la última entrada, por fin un rato para colgar alguna cosillas del mes de mayo en Kenia. Y es que este semestre no ha sido muy propicio para escribir por aquí. Aprovecho ahora y cuelgo algunas cosillas de Kenia que he podido ver en ratos y fines de semana libres. Lo mejor, el Masai Mara, aunque también en Nakuru y Naivasha se vieron cosillas.
En la Reserva de Masai Mara Juanjo y yo mismo pudimos ver, entre otras muchas cosas, una cruda escena de la fauna africana. Los chacales de espalda negra (
Canis mesomelas), que suelen ir en pareja, descubren una joven y tierna gacela de Thompson (
Gazella rufifrons), con su correspondiente madre en las inmediaciones. Ahí va la escena:
Como véis, es un chacal, no Runa (se había corrido la leyenda urbana de que me había llevado a la perra a Kenia; el otro día me lo preguntaron varios en la comida-merienda-cena de Villalba).
Capturar a la joven gacela fue muy facil para el chacal. Le mordió directamente en el cuello. El rabo en alto señala la excitación del momento, y sin duda es útil para que su pareja, -que no intervino en la caza-, lo detecte rápidamente.
Aparece el otro miembro de la pareja, aunque su atención es desviada por otra cosa.
La valiente y desesperada madre entra en escena. Inmediatamente, el chacal que no había capturado la cría de gacela le hace frente.
La gacela arremete contra el chacal, poniéndolo en fuga momentáneamente.
Pero cuando trata de acercarse a su hijo, el chacal le corta el paso. Ahora se invierten los papeles en la persecución.
La gacela se aleja y el chacal puede volver junto a su pareja, que ya casi ha asfixiado a su presa. La cooperación es una de las llaves del éxito de esta especie.
La madre asiste, impotente, a la comida de los chacales.
Ya no tiene remedio y es mejor retirarse. A ver si el año que viene hay más suerte...
Buen verano
Ricardo
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